La Calefacción por Suelo Radiante, por sus numerosas ventajas frente a otros sistemas de calefacción, se convierte en la mejor alternativa para calefactar su futura vivienda con la seguridad de obtener el ambiente más saludable, el máximo confort y el menor consumo.
-> No utiliza productos tóxicos ni inflamables.
-> Incorpora termostatos y limitadores de temperatura.
-> No necesita mantenimiento.
-> Utiliza energía limpia.
-> No produce humos ni contamina.
Para muestras de arte en la pared, descubre nuestra variedad de productos ajustados a tu confort y a tu bienestar. Finos y elegantes paneles de vidrio o radiadores decorativos reproducen imágenes y obras de arte acorde con tus gustos.
La gama de Diseño ofrece una amplia línea de productos que se pueden instalar en la pared o en el techo.
Con estos productos queda a la vista que cuidamos mucho el diseño y la elección de los materiales: vidrio, acero inoxidable, aluminio, cerámica,…
Todos los sistemas diseñados incluyen un folio radiante ultra fino que combina la estética y un alto rendimiento.
En la técnica de condensación no solo se aprovecha el calor generado con la combustión del gas, sino también el calor que en los sistemas de calefacción convencionales se escapa sin aprovechar por la chimenea.
Las calderas de condensación aprovechan casi por completo el calor que contienen los humos que se expulsan por la chimenea y se revierte al sistema de calefacción. Para ello, las calderas de condensación de Viessmann están equipadas con intercambiadores de calor radiales de acero inoxidable que enfrían los gases de escape antes de derivarlos a la chimenea para condensar de forma específica el vapor de agua que contienen y transferir el calor que liberan al sistema de calefacción.
Con esta tecnología, la caldera de condensación alcanza un rendimiento estacional de hasta un 98 por ciento, por lo que trabajan de forma especialmente eficiente energéticamente. Este principio funcional no solo ahorra una valiosa energía, sino que además protege el medio ambiente reduciendo considerablemente las emisiones de CO2.
Las calderas de baja temperatura son aquellas cuya tecnología, adaptada perfectamente a cada estado, permite regular el aporte de calor al caudal de agua solicitado y a la temperatura exterior, evita en todo momento arrancar y parar constantemente, y presenta un elevado rendimiento energético.
De esta forma se consigue aprovechar al máximo el calor generado, se reducen las pérdidas, el consumo de combustible y la emisión de gases. Pueden calentar, por ejemplo, agua a 40ºC para uso sanitario o calefacción para suelo radiante en modo estacionario. Poseen un rendimiento estacionario cercano al 95%, con lo que se consigue un ahorro energético y económico que oscila entre el 20 y el 30% en comparación con una caldera convencional.
Aunque se las denomine calderas de baja temperatura, pueden llegar a calentar el agua hasta los 80ºC necesarios para un sistema de radiadores. Como en el caso de las calderas de condensación, su versatilidad las hace idóneas para ser complementadas con capatadores solares térmicos. Así, un sistema de calefacción con una caldera de baja temperatura y captadores solares puede llegar a ahorrar entre un 50 y un 60% de energía.
El hierro fundido es el material ideal para la fabricación de productos de calefacción a leña, por su durabilidad, robustez, posibilidades de terminación y alta capacidad de transferencia del calor el cual es agradable y uniforme, enfriándose más lentamente que el acero (inercia térmica), lo que le permitirá seguir recibiendo calor después de que el fuego se haya apagado.
Dada su extraordinaria resistencia al calor y al óxido, y gracias a su construcción sin puntos de soldadura, el hierro fundido previene el desgaste de componentes que se degradarían si se fabricaran con otros materiales. También es inmune al proceso de expansión-contracción que sufre el acero en el ciclo calentado-enfriado. Un cuerpo de hierro fundido le proporcionará décadas de funcionamiento.
Además permite formas únicas y atractivos detalles, acabados en porcelana vitrificada de diversos colores. El acabado en esmalte confieren al hierro fundido una protección de gran adherencia, preservándolo de agentes externos y garantizando una protección excepcional. El brillo del esmalte permanece intacto con el paso del tiempo, y su superficie antiadherente permite la limpieza con gran facilidad.
En una caldera de pellets todo funciona de forma autónoma: todo está controlado automáticamente, desde la toma de aire y de combustible, hasta la carga térmica necesaria. Así, siempre te beneficiarás de un funcionamiento óptimo con una alta eficiencia.
1. Los pellets pueden se pueden introducir en la caldera o en el depósito de almacenamiento (silo): a mano, mediante una barrena o mediante un conducto de succión.
2. Entonces, los pellets son transportados por un conducto hasta la cámara de combustión donde se encienden automáticamente por un soplador de aire caliente. La cantidad de pellets dependerá del calor requerido. Una sonda se hace cargo del control del suministro de combustible y de aire, y así se asegura una eficiencia energética y una combustión limpia.
3. El agua del circuito de calefacción ya está calentada.
4. Los pellets se queman por completo, así que el contenido de cenizas de pellet es del 0,5%. Sólo es necesario vaciar el contenedor de cenizas cada mes o cada unas cuantas semanas. La ceniza puede desecharse con la basura doméstica o utilizarla como fertilizante.
El pellet es una fuente de energía sostenible y ecológica cada vez más comun, principalmente por su conveniencia. Dentro de las estufas y chimeneas de pellets hay una especie de espiral, llamada cóclea, que lleba los pellets desde el depósito acia el brasero. Tanto el brasero como la cóclea funciónan electrónicamente. Y por estos las estufas y chimeneas de pellets se pueden activar automáticamente adaptandose con tus horarios.
La combustión de pellets es muy eficiente: con la misma cantidad, se obtiene más calor con los pellets que con la leña. Además, el pellet quema mejor y produce menos escartos. Es la mejor alternativa de bajo impacto ambiental para calentar su casa con un ahorro considerable en las facturas.
Los radiadores juegan un papel casi imprescindible en la instalación de un sistema de calefacción completo. También conocidos como emisores térmicos, la función de los radiadores es precisamente esa: emitir y distribuir el calor procedente del agua calentada en una caldera (en el caso de una instalación de agua caliente sanitaria) o el calor procedente de una resistencia eléctrica, en el caso de que estemos hablando de radiadores eléctricos.
Radiadores de aluminio: en este tipo de radiadores el 80% de la emisión de calor se realiza por convección y el 20% por radiación. El proceso de calentamiento de los radiadores de aluminio es muy rápido.
Es un material cada vez más utilizado sobre todo para la fabricación de radiadores de diseño, ya que es más fácil de trabajar con modelos y formas más estéticas y originales.
Aunque no son tan resistentes como los radiadores de acero, cuentan con una buena resistencia a la corrosión en instalaciones bien ejecutadas.